Poco o nada he escrito de la ciudad en la que llevo viviendo año y medio, y en la que he vivido tantas cosas, asi que tratare de saldar un poco la deuda.
El origen de mi amor por Budapest en gran parte es circunstancial. Fue el lugar donde mi vida dio un giro radical, pase de ser estudiante a ser empleado, de vivir pelado y ocupado con la universidad a tener muchisimo tiempo libre y dinero para aprovecharlo, pase de vivir en la casa de mi mama a vivir independiente, pase de vivir en un continente donde las distancias son abrumadoras a otro donde en menos de tres horas en alguna direccion llegas a una frontera, con otro lenguaje, otra cultura, etc, en fin, Budapest representa una nueva vida (no quiero decir que mi anterior vida era maluca, o no me gustaba, simplemente esta fue nueva).
Budapest para mi es como una mujer sin maquillaje, y asi es que me gustan. Es una ciudad que no quiere parecer algo siendo otra cosa. Sí, es una ciudad que está caída, que es sucia, donde el invierno pega duro, el idioma es inpenetrable y la gente en la calle no es muy amable, sin embargo, todo eso está en el marco de una arquitectura ecléctica, llena de estilos y epocas artisticas. Es una ciudad donde el metro es espantoso y los buses viejos, pero el sistema de transporte en si, te lleva a donde quieras a la hora que quieras, ya sea en metro, tranvia, bus, o troley-bus. Una ciudad donde los gorilas de seguridad en los bares son unos atarbanes, pero las rumbas no tiene hora, son increibles y las hay de todo tipo y en todo sitio, desde sotanos hasta terrasas de antiguos mercados socialistas. Una ciudad donde el servicio al cliente facilmente puede ser una expresión que los hungaros no conozcan, pero donde las mujeres son bien queridas cuando se enteran que hablas español. Una ciudad donde no mucha gente habla ingles, pero donde puedes hacer amigos de lugares tan reconditos como las islas mauricio hasta siberia. Una ciudad de la cual muchos de sus habitantes quieren salir corriendo, pero que saben que son una cultura milenaria, unica y con un lenguaje que los aisla de sus vecinos germanicos, eslavos y latinos. Una ciudad que se parte en dos y a cada mitad le corresponde la mitad del nombre Buda y Pest, y cada una es tan distinta de la otra, que no es dificil entender porque apenas hace unos 130 años, por crecimiento demografico decidieron ser una. Una ciudad que tiene desde Ruinas Romanas hasta Ruinas Sovieticas pero solo se consigue comida turca en la noche, ciudad de medallas de oro en los juegos olimpicos, de premios nobel de fisica y literatura, de pornografia al aire libre de vagabundos, borrachos, ultraderecha radicales y mujeres con unos ojos preciosos.
Budapest es una ciudad que me encanta, caminar por su cuarto judio, sus squats y bares locos, ver al Danubio venir hacia mi sobre el Puente Petofi en la noche, o verlo irse sobre el Puente Margarita en la Isla. Ver el parlamento en Pest desde Buda, o el castillo de Buda desde Pest, el Puente de las Cadenas y el Puente de la Libertad desde el tranvia 2, o el gran boulevard desde el tranvia 6. Jugar Futbol en Pest al lado del rio con gitanos, trotar de dia y rumbear de noche en la Isla, que no es ni buda ni pest. Me gusta regresar de la fiesta en bus nocturno, que entre más tarde más enfiestado está y tambien más roban. Me encanta vivir en Blaha, donde a pesar de lo sucio, desordenado e "inseguro" sucede todo, se encuentra todo el mundo, queda centrado y con buen transporte.
En fin, de Budapest, como en el amor, me gustan sus cualidades y defectos, todo por igual.
que buen post Pablini... me dan ganas de descubrir la impresion que tendria esa ciudad en mi :)
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